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martes, 3 de mayo de 2011

MEMORIAS ÍNTIMAS DE UN TOUR DE FRANCIA,Escenas de la Vuelta*FRANCISCO CEPEDA*

Primer Capítulo: Escenas del Tour-2 DE AGOSTO DE 1931:Hoy empieza Cepeda a contarnos sus pequeñas cuitas por Francia.No nos dirá si él subió o no en tal puesto la cuesta de tal o cual etapa. No.Estos detalles,de orden técnico,quedaron reproducidos a su tiempo.Ahora,el simpático "routier",con toda su modestia,dialogará un poco con el público,haciéndole presente esos detalles íntimos, que no serían conocidos si los propios interesados no los revelasen.
Traeré aquí a las columnas del EXCELSIOR,escenas íntimas,sucesos históricos que gustan conocer por tratarse de un muchacho que durante un mes ha sido "seguido" por millares y millares de aficionados en sus actuaciones en el Tour de France.
EXCELSIOR.queda muy agradecido a Paquillo Cepeda por no haber puesto el menor obstáculo a nuestro deseo de reproducir esos detalles "caseros".
Los lectores de nuestro periódico,seguramente han de encontrar en las palabras del Tour de Francia un rato de amenidad e interés.
MIS PRIMEROS PASOS POR FRANCIA
Yo llegué a París un día hermoso.Tres días antes de comenzar el Tour.Era mi obligación.
El corresponsal del Excelsior,el señor Yndart,me recibió en el Quai d´Orsay.El fue mi cicerone y un buen amigo que me colocó en mi sitio.
Tradicional es que la primera visita de un futuro Tour de Francia sea para la redacción de L´Auto.Cumplí,pues un deber más.Muy amables todos.Y yo muy reconocido.
Mi visita a L´Auto la realicé a poco de llegar a París.El tiempo suficiente para cambiar de ropa y darme un chapuzón.


Francisco Cepeda,en el Tour


Cuando regresé al hotel era tarde.Tarde para los demás.Para mi que aún tenía mi reloj con la hora española,pronto.
Hotel Boy,rue Lafayette.Un buen aposento.Me apeé de un taxi y directamente penetré en el restaurant.Todos los ases del Tour comían,separados en equipos.Banderitas de cada nacionalidad indicaban el puesto de cada grupo.La plantilla estaba completa.Sólo una mesa,con los colores españoles,los veteranos le indicaban que aquél era mi sitio.
Ya había saludado a mi amigo del año anterior;Demuysere,Leducq,Pelissier...Me senté,digo y pedí el almuerzo.Yo no se francés,pero cuando se trata de comer o pedir algo que me interesa,me las arreglo con sudores...
"Garcon`"y no os voy a decir más palabras francesas,porque sería un batiburrillo mi lenguaje,garcon dije al camarero,acompañando a la llamada el gesto de que estaba dispuesto a comer,la comida.
Perdón señor dijo el mozo tengo orden de no servir hasta que estén ustedes completos.
Yo me quedé un poco mosca,porque no le entendí lo que me decía,aunque supiese que me dijo que no.Yo rabiaba por comer.
Pasaron,diez,quince,hasta treinta minutos,sin que una mala sopera apareciese por la puerta de la cocina.Me decidí....
¿El maitre d´hotel?pregunté
Un señor empaquetado en un frac se nos acercó.
¿Señor?
A ver,la comida.Llevo media hora esperando...
"Pas posible"



de izda a drcha. Cepeda,Cañardo en Getxo año 1930

¿Como? ¿Imposible?
Faltan siete compañeros de usted,y hasta que no lleguen...Comerá el equipo español completo...
¡Pero si el equipo lo formo yo solo,alma de cántaro!...
¿Solo? ¿Oh señor,pardon,pardon!...
Y comí.
Las máquinas,nuestras máquinas para correr el Tour de Francia,estaban depositadas en el hall del Velódromo de Invierno.
Me urgía el tiempo para ir a ver la destinada para mí.¿Como sería?Ardía en deseos de verla,tocarla,desarmarla;de ponerle mi guía,mi sillín;a mi medida,a mi gusto.
Terminé de comer y fui al Velódromo de Invierno.Me di a conocer.Pronto encontré amigos.
Me entregaron mi bicicleta ¡Que emoción señores! La abracé y me la llevé a un rincón apartado.Yo creo que hablé con ella.Tuvimos nuestras confidencias.
Había que prepararla.Nada mejor que el ojo del amo.Yo mismito quería ponerla en condiciones.Para ello,y para estar más cómodo me puse un mono azul.
Iba dejando la bicicleta a mi gusto.Los tubulares,los frenos tensados....
Se me acercan unos muchachos rubios fornidos.Me llaman,me preguntan,me llevan hacia un grupo de bicicletas,indicándome que haga algo con ellas.Ni les entiendo ni me entienden.Les hablo en francés.Nada.
¡Allemands¡ dicen.
¡Ah vamos! ¿Sois los del tour del equipo alemán?...Pues aquí tenéis a un compañero y amigo...y os dejo,que me voy a terminar de preparar mi máquina.
Volvía a mi sitio,y uno de ellos me agarró del buzo violentamente.Me asusté.Oportunamente vino un mecánico que sabía alemán y era conocido mio.
Se deshizo el error.Me habían tomado por el preparador de las bicicletas.
¡Oh amies,yo correur como vosotros!
Risotadas y saludos.
Llegó el día de la salida de la Vuelta a Francia.
Aquel cortejo desde el Faubourg Montmartre fue algo inolvidable.Una muchedumbre densísima nos saludaba y aplaudía.Había un entusiasmo indescriptible.
Llegamos a Le Vesinet y se pasó la lista a los corredores.
Número 1,fulano de tal.
¡Presente!
Número dos
.........
Número 3
..........
Pasaron los cinco equipos con sus cuarenta componentes
Ahora yo,el número 41,decía interiormente.
¡Nada!
Categoría turista-routier.Número 101
¡Presente!
Número 102
............
Y así hasta los cuarenta turistas,cuyos nombres pronunciaba Mr. Cazalis.
Terminada  la lectura se me nubló la vista.A mi no me habían llamado.Iba a chillar...Pero tenía un nudo en la garganta.
¿Y Cepeda? gritó un español del público.



Cepeda con el equipo alemán de ciclismo

Mr.Cazalis
TourXXV a Francia,saliendo en primer lugar.
Con uno de los que primero tramé amistad fue con el australiano Opperman.
Claro es que ni él ni yo nos entendíamos.
OPPY,habla inglés y yo castellano.
Pero el antípoda y yo conocemos cuatro palabras de francés y con ellas nos hacemos ilusiones de que conocemos la lengua.
Un día antes de salir Opperman quizá por hablar algo me pregunta:que quién era el  campeón de España de velocidad.
Español le respondí.
Él y los compañeros de los distintos equipos se reían de mi contestación.
No...no que como se llama el campeón....
Español.
Nuevas risas.Me puse serio.Les comprendí y escribí en un papel:Campeón España "se appele" Julián Español.
En seguida se deshizo el" quid pro quo".
Cuando me entregaron el material de carrera,como es  natural lo recogí y lo llevé al hotel.En el paquete había un maillot rojo y amarillo.Me sonreí y pensé que en Francia no se habían enterado de que los colores de España habían cambiado.
Me pareció imprudente hacer la advertencia.Al fin y al cabo yo no era el representante de España.Era Francisco Cepeda un "Pérez" para correr el Tour de Francia.
Cerca ya del punto de salida oficial de la primera  etapa alguien le advirtió el error a Mr. Desgrange.Y acercándose a mi me dijo:¿No tienes miedo de llevar ese maillot?
Llevo el que me han dado.No tengo otro como no sea igual.Son los que el año pasado sirvieron a los españoles....
¿No te pasará nada?
Nada respondo yo
Si hay tiros,allá tú
No lo creo mis paisanos me conocen.
De todos modos en Bayona te proveeremos de uno con los actuales colores de España.
Cuando usted me ordene me quito esta y me pongo el otro.Sin maillot no puedo ir.
Mr. Desgrange había comprendido la equivocación y se había compadecido de mi.
FIN DEL PRIMER CAPÍTULO

Segunda Capítulo,Pequeños detalles que tienen grandes consecuencias
Pequeños detalles que tienen grandes consecuencias
Encontrarse un buen amigo en una Vuelta a Francia es encontrarse el tesoro.Yo no llegué a conseguir semejante hallazgo,pero no puedo quejarme de haberme visto aislado en el curso de las veinte etapas en que participé.
En todos los ases,principalmente,encontré buena acogida,salvo algunos incidentes con Pelissier.Pero entre todas mis amistades he de destacar la del francés Marechal y la del belga De Waele.
Mi unión con el galo fue más bien en los términos de etapa que en la carretera.
Aquí Maréchal se debía más a los suyos debido a su deficiente clasificación.Tenía que ser uno de los sacrificados por el dueño del maillot amarillo.En cambio,con el veterano Maurice De Waele era lo contrario.
La unión entre los corredores es siempre necesaria;mas si el viento sopla,si la ayuda no existe,el tormento aumenta.El viento es el mayor enemigo del ciclista.No hay pendiente ni velocidad que agote más.Su persistencia,su dificultad de atacarle con un braquet adecuado,impide un avance descansado.Duro adversario.
Durante la vuelta,en múltiples ocasiones el viento apareció.De frente,de costado,a popa....Cuando era de lado obligaba a los corredores hacer el "abanico",esa especie de muralla escalonada que disminuye la violencia del aire.Alternando en la cabeza,el esfuerzo es menor y la comitiva no sufre,en general de ese adversario invisible.

Yo no podía sentirme compañero en aquellos momentos.De ponerme en cabeza,nadie me sustituiría porque no tenía coe-quipiers.Pero hay Providencia.Esta era DeWaele.Azotaba el viento,se formaba el abanico y enseguida De Waele me llamaba intercalándome entre las varillas.
De ningún modo consentía que yo arrastrase al grupo.
El belga se portó como un caballero.Le quedé muy agradecido.
El que desconozca el ciclismo no podrá formarse idea del enemigo que es el viento.
Y por lo tanto,de mi agradecimiento.
En otras ocasiones también me acogían benévolos,los del equipo australo-suizo.
Mermado desde las primeras etapas,cuando era necesario el auxilio en grupo "les visitaba" y juntos formábamos un equipo provisional contribuyendo con mi esfuerzo como uno más del lote.
Así yo marchaba mejor y ellos,también.
Me parece que os gustará conocer un detalle que dentro del ciclismo activo tiene una honda importancia.
Me refiero a lo que hace un tour desde que se levanta el día de etapa,lo que come y manera de aprovisionarse en los controles del recorrido.
Es curioso.
Los días que tenemos que recorrer nos levantamos dos horas antes de la fijada para la salida.Un masajista es el encargado de darnos dos vapuleos para que nos pongamos en pie.Hecha la toilette,el cuidador nos da un masaje suave y,a continuación nos provee de maillot,gorra,vendas limpias para los tobillos y las muñecas,el que lo necesite y varias pomadas para las piernas que preservan del frío y de la humedad.Otras sirven para evitar irritaciones molestísimas.
Una vez hecha esta operación nos dirigimos al restaurant a desayunar.Bueno esto de desayunar es un decir,porque la verdad lo que hacíamos era una comida seria.Ved lo,el menú se componía de un puré,jamón cocido,carnes fritas,pollo asado con patatas o ensalada,huevos al plato o en tortilla,mermeladas y frutas,todo en cantidad.Después un hermoso tazón de café con leche,rociado con mucha mantequilla.¡Y como lo comíamos!
No había pues temor a que por menos en ciento y pico kilómetros,nos diese desfallecimiento alguno.
Terminada la comida mañanera tomábamos  las máquinas que los mecánicos tenían ya preparadas con los piñones que les indicábamos la noche anterior.Perfectamente limpias y corregidas,y bien calzadas.
De aquí,al control de firma primero y al aprovisionamiento después.
En este nos suministraban una bolsa que contenía lo siguiente:un par de huevos,tres pasteles de arroz,un sandwich de jamón con abundante mantequilla,otro de mermelada,un paquete de azúcar en cortadillo con veinte terrones,otro paquetito con doce ciruelas y cuatro plátanos.Más dos bidones con agua mineral,té o café,según los deseos de cada cual.
Esta bolsa es igual para todos los ases y en todas las etapas.
Cuando los recorridos del día excedían de los 220 kilómetros había en el camino
Con detalle os diré que en los controles de salida había un café ambulante de una gran casa de París,la que nos facilitaba uno o dos cafés express.
¡Las etapas con salidas por separado!He ahí uno de los cocos de la carrera de L´Auto.Sin duda alguna eran las más temidas.Mucho más para mí,que no podía conocer el espíritu de equipo.
Aunque la vuelta tiene una organización  previa de controles de firma,hasta el momento de salida no se sabe si aquellos son o no obligatorios.
Mr. Cazalís anunciaba una vez alineados los ases,que controles había asignatura obligatoria,la firma,las gorras y las gafas se nos escapaban de la cabeza veréis porqué.
Estas salidas en grupos distintos obligaban a sacudir desde el principio.Era seguro que a los controles llegasen 30 o 40 corredores en grupo,que tenían que firmar la hoja correspondiente obligatoriamente bajo penalización.Aquello era terrible.Se tiraban las máquinas y dando saltos llegábamos a la mesa del jurado.Sobre la misma había muchos lapiceros pero los primeros en llegar rompían las puntas para distanciarse de los demás.
La confusión era grandísima.Hay corredor que tarda dos minutos en salir,porque tiene que esperar a que le afilen el lapicero,si es que han de cumplir el requisito reglamentario.¿Donde están ya los demás que han partido en volandas?
Yo que conocía el procedimiento desde el año anterior,en cuanto oía a Mr. Cazalís que había firma obligatoria preguntaba entre el público si tenían algún lapicero.Enseguida me los facilitaban.Hubo uno que se empeño en darme una estilográfica.Era de agradecerle.Una vez con el lápiz en mi poder iba más tranquilo.A la llegada al control dejaba mi máquina  a un espectador,miraba entre los corredores la lista,veía la casilla número 41 el de mi dorsal metía el brazo y firmaba y corría.No sin apretar el lápiz a modo de puñal,para que mis compañeros no lo robasen,ladrón se llama al que quita una cosa sin la voluntad de su dueño y con violencia,para salir de estampida hacia la carrera.
Es muy peligros y es frecuente formar con las máquinas un montón informe de hierros,cuando se regresa de firmar o hay que esperar a que vengan los dueños de las que se quedaron encima o de obrar precipitadamente, puede ocurrir y de hecho ocurre que se lleva la bicicleta que no nos pertenece.Es tiempo perdido.
Estas batallas por la firma en el control traen como consecuencia muchos despegues.
Los primeros se lanzan a 40 o45km por hora y el que sale con uno o dos minutos de retraso del control puede despedirse de ver la cabeza,si es que antes los más próximos a los fugitivos no les han dado alcance.De lo contrario viene la calma.
Por esa razón y solo por esa las etapas con salidas por separado son las más temidas para los "tours".El mal aumentaba al referirse a mi porque si me presentaba en la firma,entonces si que podía despedirse de mis amigos.¡Y que pánico si los turistas-routiers nos alcanzan!
¿Que vergüenza!
Pero hemos de advertir que hecha la ley hecha la trampa.Generalmente,en cada equipo hay uno que es el encargado de firmar por todos.En el desbarajuste y confusión,no podía haber Jurado que asegurase quien había o no firmado,y los corredores además todos hacían como como que se dirigían a la mesa.De esta manera firmando uno en las casillas de los demás de su equipo,siempre seguidas se facilitaba la fuga de los líderes.
Esto que está castigado se realiza en muchas ocasiones con verdadera maestría.También para infringir el reglamento los extranjeros son unos artistas.
FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO

Tercer capítulo,La belleza,la alegría del Tour,la sed
La belleza del paisaje,La alegría de la Vuelta-La Sed
También el corredor disfruta de la belleza salvaje del panorama.Por desgracia no todas las etapas merecen la atención nuestra;pero hay otras en las que nos extasiamos contemplando el paisaje altamente encantador que se divisa.La Riviera,con su mar azul al fondo,proporciona vistas gratísimas.De Cannes a Niza por el col de Braus,de Sospel,por Mónaco,hasta el término de la etapa simpática,no hay más delicia por todas partes.¡Aquella carretera,tallada en la roca,que parece colgada a cientos de metros de altura...!
Pero en conjunto,las etapas más bellas son también las más duras.Es que parece que a su acritud se une la emoción intensa.
¡Como olvidar las de Pau-Luchon,Luchon-Perpignan,Niza-Gap,"Grenoble-Aix-les Bains,terribles pedazos de la carrera,con empinadas cuestas,caminos descarnados y estrechos,donde caen las ilusiones y los proyectos convertidos,en pinchazos o en trompadas...'¡Que rudeza más atroz!¡Que inmensa emoción,que miedo",cuando en silencio nos deslizamos por aquellos valles profundos o aquellos" cols que se meten en el cielo"para desaparecer de la tierra!
El espírutu se fortalece después de haber probado esas afecciones del alma,pero entretanto....
En cambio,¡Que momentos más distintos cuando en plena cadena alpina se encuentra un descenso del col d´Allos,el que se cubre a velocidades vertiginosas por el borde del abismo...! ¡Que hermosura de paisaje!Os aseguro que casi se puede ir al Tour de Francia por aquellos escenarios verdaderamente atractivos.
Más con todos sus encantos,estos descensos bruscos,peligrosos,en los que parece que se atornilla uno a la tierra,exigen mucho cuidado.Un corredor al "dirttrack"puede ganar varios minutos de ventaja en la bajada.¡Que exposición a matarse!
Puede citarse aquello de "los últimos serán los primeros",yo desciendo prudente,prudente,en la seguridad de que una vez en el abismo,no ocuparé mala posición.Efectivamente cuando en Barcelona" se hace recuento",tiene que ponerse en rápido movimiento la ambulancia sanitaria.Medio ejército ha quedado maltrecho en las curvas del Alios.
Los pretiles de hierro en forma de balcón anunciados a 200 metros;los puentes de madera,numerosos y con barandilla muy endeble,con alturas de hasta treinta metros;las curvas en codo,todo ello entre peñas y pinos,dan aquél paisaje un aspecto de ensueño.
¡Que belleza,pero que peligro también!
Tenía que ser así.Si la vuelta no tuviera su parte alegre,sería como para pensar en suprimirla.No el organizador,sino los corredores.
Si durante la carrera hay momentos de camaradería y de broma,en los descansos ambos aspectos aumentan considerablemente.
Un día recuerdo que en la etapa Marsella-Cannes se introdujo en el pelotón una señorita ciclista vestida como nosotros.Pronto nos conoció a todos y para todos tuvo atentas sonrisas.No faltó quien aceleró la marcha para ver si la muchacha nos dejaba tranquilos,pero cual sería nuestro asombro al ver que a una velocidad de 35 y 38 km por hora nos seguía sin cansancio.Cuando en un pueblecito situado a unos 35 km. del punto de unión se despidió de nosotros,la tributamos una ovación cerrada.¡Cuantos perdieron terreno en tanto que ella iba cobijada en nuestro grupo respondiendo a demarrages algo imprudentes!
En los pocos días de descanso que teníamos,sólo tres en todo el tour se formaron grupos distintos.En todos se apreciaba un humor excelente.Salvo a las horas de comer,que eran observados a golpe de "gong",el resto se distribuía de diversas maneras.Por ejemplo:se visitaba la población,a pié o en taxi;otros se quedaban en el hotel posando ante el objetivo para conseguir pasajes de la película que dirigía Mr. Biscot,otros se recreaban en juegos infantiles...
Yo por mi parte hacía buenas migas con Opperman,Lomb,Demuysere,Vervaecke,Mauclair,Meréchal etc..etc..
El día de descanso en Niza recuerdo que se improvisó en el hotel una reunión animadísima.Cada cual tenía un papel que cumplir.El mio,como español,estaba fijado:el de" togueador".Los extranjeros creen que aquí todos somos toreros.Como no había más remedio que satisfacer a la concurrencia,salí a lucir mis habilidades.Pero me faltaba  un toro y capa.Pronto encontré los dos elementos.De toro haría Demuysere;la capa me la entregó el mismo toro;era el mantel de la mesa.
Y allí le verían ustedes al coloso Demuysere,con las manos en la cabeza,a modo de cuernos,y a mí dando verónicas que levantaban de los asientos a los amigos.¡Que cara ponían los australianos cuando yo les indicaba que aquello se hacía con los toros de seiscientos kilos de peso!¡No podían creerlo!¡Pas posible,pas posible!,¿Tan cerca?
¡Ooooh!....
¡Estar listos.A mi aviso,saltar a las máquinas y a todo galope....!
Así lo hicimos.Tomamos nuestra botellita de cerveza,dando tiempo a que Mauclair desvalijase el interior.De pronto apareció nuestro" jefe" con media docena de botellas,y el dueño que se dio cuenta del destrozo,saltó por encima del mostrador para triturarnos si podía.
¡Pobre señor;éramos más jóvenes que él
Un favor que se lo agradecimos de veras.
En otras ocasiones los automóviles seguidores nos facilitaban bebidas,pero¡ es tan peligroso!
¡Pobre de aquél si le veía Mr. Desgrange!Por cada botella de cerveza tenía 250 francos de multa.
Hay,pues que ser previsor.
Hasta para tomar una botella de un auto hay que ser un artista.Si no....
¡La sed!He ahí un enemigo traicionero que nos mata por estrangulación.El tormento que supone la sed en esas terribles etapas de Les Sables a Burdeos,del desierto de la Creu....no tiene comparación con cosa alguna.Ni aun con la subidas más penosas.
La sed produce una depresión moral y física que asemeja al agotamiento y a la desaparición lenta de nuestra persona.
Considerad lo que no hará por satisfacer esa angustia espantosa.Cuando el calor aprieta y los bidones están vacíos,las cervezas,limonadas,lo que sea,con tal de que huela a líquido,es atrapado por los tours.Los cafés,bares,hoteles,al paso por los pueblos,son materialmente asaltados por los corredores como fieras enjauladas.
Hay corredor que llega tarde.Ya no quedan en el mostrador rastros ni reliquias.Pues bien,penetra hasta la bodega;hasta donde encuentra algo que mitigue su tormento.El tour no discurre,coge lo que puede,lo bebe y aún guarda más.Y sale de estampida.No puede pagar.No lleva consigo dinero.Es un inconsciente....que quiere dejar impune la falta,porque toma su máquina y sprinta como un loco.
Una vez el francés Mauclair,con otros varios organizó una guerrilla en la etapa Montpellier-Marsella.Confieso que yo era un afiliado.Nos estragaba la sed.El patrón había dicho:Hay que asaltar ese bar.Vosotros pedir una botella de cerveza.Entretenerle al amo.Entretanto yo me meteré dentro y cogeré lo que pueda.
FIN DEL TERCER CAPÍTULO


Cuarto y último capítulo:Los sufrimientos de la vuelta
Durante la vuelta a Francia los corredores tenemos días aciagos.No es posible sostenerse un mes entero en pleno estado de salud.Son tantos los esfuerzos y privaciones que necesariamente,pronto o tarde,salen" a flor de cuerpo"los males traducidos en diversas dolencias.Unas veces por llegar a la carrera en una forma excesiva de entrenamiento;y otras porque en el curso de ella se hicieron los excesos,llega  el día o días,la etapa o etapas,donde el cuerpo no funciona a medida de los deseos del tour.
Es muy posible que el lector no llegue a profundizar en ese extremo y se descorazone o maldiga porque "su hombre"haya perdido terreno en unas ocasión determinada.Es que el aficionado no ve más que su ilusión sin profundizar en que cinco mil kilómetros no es un grano de anís que todos debemos tragar sin queja alguna.
Por lo que a mí se refiere os diré que el comienzo de la vuelta fue difícil.Pasó la primera etapa sin más notas salientes que la natural desorientación que se experimenta cuando se lucha con ochenta hombres de cada casa el mejor.
Allí no se puede pensar en brillar aprovechando los fallos del adversario. Hay que ir decidido a responder a lo que ellos digan .En fin pasó la primera etapa,cuyo final fue un combate encarnizado.
Ni hice esfuerzo alguno,ni terminé en malas condiciones.Pero sin duda,la falta de aclimatación al país o el cambio de comida salió al segundo día en figura de neuralgia cerebral.La segunda,tercera y cuarta etapa fueron para mí tres sacrificios distintos.El dolor de cabeza,me impedía hasta comer.Y con aspirina e infusiones caminé esas jornadas,más con el espíritu que con las piernas.
Pensé en abandonar la carrera.Pero vino a mi mente el recuerdo de vosotros,de mi responsabilidad moral,mil ideas,hasta nimias si queréis,y yo arrastrándome,seguí.Y con mi voluntad firme llegué a ponerme bien.Y seguí,con el ánimo levantado.A continuar luchando y a clasificarme bien.La carrera era larga.
El apetito había vuelto a aparecer y llenando la caldera a gusto se corre en bicicleta con todo entusiasmo.Y al renacer el apetito vino el humor.Y con los dos,el afán de recuperar lo perdido.
No son obstáculos graves,pero si detalles que no se olvidan,los que se oponen a la marcha del corredor.Las caídas,el barro,las malas carreteras,entorpecen mucho.Aveces llegan hasta impedir continuar la carrera.
Yo por no ser una excepción a la regla,tenía que pasar por el examen obligado.En el curso de la prueba me he caído varias veces,pero de ellas,la más importante fue la que sufrí en La Rochelle.Nada menos que 35 corredores,como los soldaditos de plomo.El suelo resbaladizo y como consecuencia,un montón de hombres y máquinas.Todos sufrimos lesiones leves;yo sangraba por la cabeza.Mi visera me servía de tafetán,en tanto que corría para llegar a clasificarme muy decorosamente.
Otro inconveniente es el barro.No siempre se encuentran carreteras de primer orden¡ En cuantas ocasiones la etapa se desarrolla por caminos intransitables!
En la de Pau-Luchon,por ejemplo,se encuentran los cols del Ausbisque y del Tourmalet.pues bien la lluvia había puesto estas cuestas,casi en su totalidad como verdaderos barrizales.En dos ocasiones tuve que apearme a quitar el barro de las ruedas,que se atascaban.En otro momento tuve que andar a pié más de 200 metros,porque el terreno desprendido por las lluvias obligaba a una precaución elemental.
¿Más peligros?Si el público.
En el Tourmalet y durante 18 kilómetros,el público forma casi una calle estrecha por la que pasamos los ciclistas.Ni se puede elegir el terreno mejor para evitar los pinchazos,obrar con entera libertad.
Allí en el famoso col,las caídas son numerosas e inevitables a causa del interés que en Francia provoca el Tour de L´Auto.
Es que por lo general en aquella cuesta aparece el futuro ganador de la prueba.A su cumbre llegué yo bien colocado y hasta Luchon fui con el belga Vervaecke.
¡Oh Luchon con qué ansia eres cogido después de nueve etapas seguidas!
¡Esperanzas!¡Quién no las tiene!.Pasadas las etapas pirenaicas yo esperaba con anhelo el tramo Cannes-Niza,los 130 kilómetros con sus grandes pendientes.
¡Aquel boucle de Sospel! tan atrayente....
Marchaba muy bien,estaba mediada la carrera y yo quería estirarme,en la etapa de mis simpatías.Pero lo que es el Tour de Francia,hasta entonces había subido muy bien,sin esfuerzo alguno,suponía que las cuestas más pronunciadas no ofrecerían ningún inconveniente.
Pero de Braus a Niza,"mi gozo en un pozo",aquél día que yo esperaba con gozo,no podía subir como de costumbre.¿Que me sucedió?
Nada explicable,era uno de los tantos secretos del Tour.
Otro sufrimiento....moral del Tour a Francia.
¡Oh un grano!¡A fulano le ha salido un grano,suele decirse cuando alguien o algo molesta.
Pues sí,un grano,es un forúnculo,es otro enemigo nuestro:de los ciclistas.
Al comenzar el trazado alpino hicieron los forúnculos su aparición en mi cuerpo.
¡Que desazón,que molestia más continua!
¡Podeéis figuraros que estos" cereales"salen allí donde más rozamiento tiene el cuerpo.
Concretando:no podía sentarme en el sillin.
Pueden ustedes darse cuenta de nuestro sufrimiento.Más si a uno le garantizan que el "cereal" es de carácter benigno y que en un par de días queda resuelto,no hay tour que al cabo de una docena de etapas o más piense en abandonar.¡Entre tanto...! Corra usted a 40 o 50 por hora;salte por encima de baches o llegue a un pavé infernal y entonces el forúnculo nos da la puntilla.
Sin embargo en el Tour de Francia hay personal experimentado en estas dolencias.
¿Llevan tantos años viendo y estudiando los efectos de la carrera en los routiers!
Uno de ellos,un experto me dijo que mis granos, aunque molestos,eran benignos.En un par de días resuelto.
Así fue.Mi idea de abandono desapareció nuevamente.
Toda la siembra había dado su producto.Se recolectó.
Nos adentramos en el macizo de los Alpes.En la vida podrá olvidarseme la etapa Evian-Belfort.La etapa del diluvio y de la congelación.
Seguía la carrera por las carreteras estrechas malísimas.El cielo,oscuro,más bien negro,imponía.Quedarse solo en aquel paraje era morirse de miedo.Un pinchazo era un handicap terrible.Las piedras,el barro,aumentaban la dureza del día.Con todos los inconvenientes,era preferible correr a quedarse.A todos iba tocando la mala.Pinché.Tuve la suerte de que fuese un sitio fácil.Tomé contacto enseguida.No tuve la misma suerte otra segunda vez.¡Con qué pena vi marcharse al pelotón!Temí por mí.Iba solo.Caí por el barro.Rompí el impermeable y el maillot,los que hacían de guardabarros.La altitud era imponente.Es una de las etapas donde se pone a prueba la fortaleza de los corredores.A las once de la mañana la temperatura era de dos grados bajo cero;20 kilómetros antes de Belfort se registran 30 grados sobre cero a la sombra.Estos contrastes,terribles deprimen.Puedo aseuraros que no hay tour que allí,en aquel trozo tan espantoso del recorrido,no sufra en su salud.Aquél fue el principio de mi obligado retiro.
Cuando el sol nos azotaba,el barro que nos salpicó el rostro durante más de 150 kilómetros se secó,dejándonos una mascarilla de cemento que nos desfiguraba.
Si no hubiese sido por el número del cuadro no nos conocería el juez de llegada.
Rendí viaje en Belfort.Gran satisfación tuve cuando me vi en el hotel,limpio,bien aseado y dispuesto a cenar.Tan pronto me senté a la mesa experimenté una gran alteración en mi cuerpo.Me limité a tomar un caldo y dos huevos pasados por agua.Y me acosté.
A la hora y media,más de intranquilidad que de descanso,empecé a sentir escalofríos y en seguida síntomas de cólico.A las diez de la noche estaba en pleno apogeo.Terribles dolores,desesperación,desasosiego.
Miedo.Inquietud.A las dos y media de la madrugada la dolencia se acentuó.Dos masajistas y Mr. Manchón director técnico de la carrera,me asistían.Toda la servidumbre del hotel,lo supe después,no durmió,intranquila con mi estado.Con múltiples cuidados cedieron los dolores.Concilíé el sueño.Pero a las siete de la mañana comenzaba la nueva etapa.¡Como salir con aquel cuerpo!Me resistía a quedarme en el hotel.Por otra parte,los compañeros y amigos me animaban.En otro par de días estaría restablecido,me decían los profanos.
Faltan cuatro etapas a Paris,me decían los corredores.¡A París,Sepedá
¡Sólo 900 kilómetros!¡Hala... a París!
Yo veía los 900 kilómetros y fáciles,después de lo pasado.Como veía todos los kilómetros en mis piernas,que ya había recorrido.Me sobrepuse y...¡al control!Sin haber tomado más que un ligero café con leche y prohibido comer más que chocolate y azúcar.¿Podría resistir?me preguntaba.
Dieron la salida.
"No te importe llegar el último,me decía el director.Resiste,resiste....¡París a la vuelta!
Yo haría lo que pudiese humanamente;pero no dejaba de comprender que más estaba para irme a la cama,que para correr.
El grupo de ases parecía compadecerse de mí.No marcó un tren fuerte.No obstante,yo comprendía que 230 kilómetros que había hasta Colmar no podían ser cubiertos con aquél régimen alimenticio.Iba optimista,sin embargo.
Me arrastré seguí pero los cólicos aparecieron.A los 36 kilómetros no podía ni con mi alma.Imposible de continuar.Me apeé.Me animaron.No veía.Me sentía morir.Recordaba....Comprendía que lo malo de la carrera había pasado.No me servía mi voluntad enorme.Me vencía el dolor.Mi moral,siempre elevada se desmoronaba ante el cuerpo vencido.Quería abandonar....no quería.
¡Me daba tanta pena!Me acordaba de los míos,que tanto aliento me prodigabais!..Vi mi máquina en la camioneta...¡No! ¡Venga! ¡Venga otra vez! Deliraba.
Allí terminaba mi carrera.A los 36 kilómetros de la etapa de Belfort-Colmar.
¡A la vista de París!
¡Que pena para un tour de Francia!

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